La Curva Perfecta
"Vamos a ver que se nos ocurre"
viernes, 5 de mayo de 2023
A veces.
jueves, 4 de mayo de 2023
A mi Dori
miércoles, 26 de mayo de 2021
Envés.
sábado, 11 de enero de 2020
El Loco
La vida es una maraña,
como tela que teje la araña,
más sin ningún orden
ni simetría.
Llena de locos, o se les llama,
que al igual que acróbatas,
danzan por la seda
donde los cuerdos quedan pegados.
Y es que el vértigo que da el temblor
anestesia todo sentido,
erizando la prudencia,
sumando plomo a pies y manos.
Llamadme loco, o enajenado,
censurando mis piruetas.
Qué más da.
Voy a recorrer cada rincón
mientras observan desde su esquinazo.
A enredarme en cada fibra
como el pelo de un niño desaliñado,
A tejer una hamaca de recuerdos
donde descansar mis huesos
cuando me fallen las ganas.
sábado, 9 de noviembre de 2019
Reinicio.
No me aturden los recuerdos,
ni los obviados ni a los que se aferra
una mente selectiva
en pos de la supervivencia.
Es esa tarjeta de memoria
desechada,
archivo temporal
en la papelera de reciclaje,
que se reinstala por error.
Y golpea cada nervio
como virus implantado
destruyendo el software.
Porque todo lo que sucede,
conviene.
Pero cuesta tiempo y derrotas
comprender lo sencillo.
Y en el mientras tanto,
reiniciando.
viernes, 28 de diciembre de 2018
Fin de Año.
Terminó.
Un reloj soportando estoicamente
millones de ojos ansiosos
por recalibrar, una vez más,
sus almas en ese segundo
que le sobra a las doce.
Esta noche no salen las brujas
por temor a los demonios liberados
tan sólo una jornada,
esperando el toque de queda
para volver con la resaca
y medio día perdido.
Esperanza.
Alegría.
Besos con sabor a fructosa.
Burbujas a tragos largos
que entumecen lo pasado
y dan paso a más de lo mismo,
pero esta noche recapitulamos
lo que sobra para hacerlo menos
y lo que falta, lo lloraremos mañana.
Hoy más sueños.
Propósitos.
Y a la desesperada,
juramentos de enmienda
con la misma caducidad
que una amapola en otoño.
Nos hemos tragado las uvas
y la angustia se digiere
acompañada de pan para hoy.
No sé lo que vendrá mañana.
viernes, 19 de octubre de 2018
Te he soñado.
He soñado tus ojos.
Aún posados en el infinito,
tratando de asumir
que ya no flotan
en ese cálido remanso
de aguas cálidas, su vientre.
He soñado con tus manos,
tratando de empuñar la vida
como daga de guerrera,
alzando al cielo los brazos
buscando una piel que te asista,
que calme la sed y el llanto.
Y he soñado con tu boca,
tus orejas, con tu pelo,
toda tú, aún sin estar,
y yo henchida, tanto,
que el esternón se quiebra
para hacerte sitio. Tu sitio.
Todo se vuelve pequeño
en mis labios cuando te hablo,
mi voz, de emoción rota,
y sin quererlo ni pensarlo,
nace una melodía, una nana,
acunando tu cuerpo en mi pecho.
No estás, pero te siento,
te intuyo más pronto que tarde
y si yerro en mi pronóstico,
se hará larga la espera,
porque el tiempo se hace denso
cuando de amarte se trata.
No temas venir al mundo que yo,
acompañaré tu llanto
y no por hambre, ni por pena,
sino por este temblor,
este miedo que me entra,
de no haber aprendido aún
a ser una buena madre, y en breve,
me estarás llamando abuela.