martes, 23 de mayo de 2017

Apesta.

Apesta.

El cieno en sus​ bocas​,
palabras de hierro mojado.

Multitud en las calles
llenando los huecos
de los que no soportaron,
gritando a oídos sordos,
pidiendo a quienes guardan
y quitan a manos llenas.
La vida sujeta
con un clip al pecho.
La justicia perdió su venda
y los ojos deslumbrados
no alcanzan a ver
la balanza vencida
hacia los que mueven
los hilos del mercado.
Tráfico de hogares,
de sueños,
de estómagos resignados
al desuso,
de horas de vida
en liquidación,
de jóvenes que aprenden
a golpe de calle,
de ancianos y no tanto
cuya medicina
es la suerte
y la ley de la probabilidad.

Apesta.

Basura vertida
que asfixia la esperanza.
Mentiras que tratan
de acallar las voces
y así mantener
la conciencia intacta.