miércoles, 26 de mayo de 2021

Envés.

Te muestro mi envés
y a pesar de las proezas, 
sucumbes en carne y hueso. 

Las mariposas fingen temor 
mientras arde el horizonte, 
tierra que alberga la sangre 
de cien noches en vela. 
No amarga la hiel 
sino la palabra escondida
en unos labios canciosos, 
hambriento queda el cuerpo. 
Brilla el rostro a media luz. 
La mirada se pierde por la ventana 
aunque muerda la oscuridad. 
Y encuentra destino en la ausencia. 
Te revelo el envés 
de esta condenada alma. 
Harta de otras vidas, 
entrega el relevo y se despide.