Uno más.
Lo recuerda el calendario
aferrado al imán que lo sustenta,
pero éste no ha costado tanto.
Me lo he fumado con paciencia
entre toses y suspiros,
ardor en el pecho
y granizo en las manos
para sujetar las sienes
y enfriar los pensamientos.
Los sentidos al dente,
más café de lo debido
y más ganas de aprender
a crecer con lo vivido.
Uno más.
Ni lo pienso. Uno menos.
Que a tu lado todo es poco
y tan fugaz es el tiempo,
tanto que me has dado
mas aún me falta aliento
para vivir lo que queda.
Y ese instante
entre tus brazos al despertar,
ese sólo momento
en el que tus labios
toman mi boca al asalto
devorando un beso,
hace que merezca la pena
uno más.
Y uno menos.