viernes, 28 de diciembre de 2018

Fin de Año.

Terminó.

Un reloj soportando estoicamente
millones de ojos ansiosos
por recalibrar, una vez más,
sus almas en ese segundo
que le sobra a las doce.

Esta noche no salen las brujas
por temor a los demonios liberados
tan sólo una jornada,
esperando el toque de queda
para volver con la resaca
y medio día perdido.

Esperanza.
Alegría.
Besos con sabor a fructosa.

Burbujas a tragos largos
que entumecen lo pasado
y dan paso a más de lo mismo,
pero esta noche recapitulamos
lo que sobra para hacerlo menos
y lo que falta, lo lloraremos mañana.

Hoy más sueños.
Propósitos.

Y a la desesperada,
juramentos de enmienda
con la misma caducidad
que una amapola en otoño.

Nos hemos tragado las uvas
y la angustia se digiere
acompañada de pan para hoy.
No sé lo que vendrá mañana.