domingo, 8 de febrero de 2015

Huérfano bajo.

Madera noble y barniz gastado
cubren el alma herniada de impaciencias,
anhelos enconados en cada cuerda
de este bajo huérfano de melodías.
Exhibiendo sinuosos costados
famélicos de caricias, hambriento,
absorto en las lejanas notas
que como gemidos de reclamo,
persuaden a la memoria. 
Más allá de las certezas
y las punzadas del agravio,
rasgan unos dedos el dolor
con tibieza y al azar,sutil acierto;
con más ternura que otras tantas,
más duende y oración, melancolía.
Y el sueño traspasa cada veta
avanzando en búsqueda, tal vez,
de los residuos que acumulados
forman agrestes cimas deshabitadas
de perdidas y añoradas pasiones.
Entona nuevas canciones
que ya no son recompensa ni consuelo,
ni suyas ni de otros y el tiempo
se pierde en argumentos y razones
de un inminente delirio.

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