miércoles, 22 de octubre de 2014

Octubre.

Templada brisa de Octubre
besa mi rostro de madrugada,
perfumes ocres
de hojas desahuciadas,
húmedo sabor en los labios
a tierra de la que vengo
y a la que dirijo mis pasos.
Crepitan lágrimas mustias
de árboles en pausa,
brazos desnudos al cielo
y cruel melancolía
por la luz mermada
y las pasiones que enhora
ya no buscan el frescor
de su altiva sombra ausente.
Sonríe, alma de madera,
pues en mis adentros guardo
aún tiernos y fragantes
verdes brotes y flores frescas
de la última primavera.
Tuyos son, si me los pides.
Tuya soy, si aún me esperas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario